Descripción

La disolución de una empresa es la primera etapa de su desaparición jurídica y de la terminación de las relaciones que tenía con terceros. La disolución de una empresa es la primera etapa de su cierre o extinción definitiva. Una vez que se declara la disolución, existen tres vías para llevarla a cabo: traspaso de la propiedad, liquidación o concurso de acreedores.

Vías para la disolución de la empresa

Existen tres vías mediante las cuales las empresas pueden concretar su disolución:

Transferencia de la propiedad

Compraventa de la empresa.

Liquidación de la sociedad

Se trata de un proceso en donde los administradores dejan sus cargos y poder de representación para entregárselos a los liquidadores que se encargarán de repartir el capital social restante luego de pagar las deudas con terceros. Luego viene el cierre definitivo de la empresa (extensión).

Concurso de acreedores

Cuando no ha sido posible pagar a todos los acreedores de la empresa. Lo pueden solicitar los acreedores o la misma empresa.

Si se cumple con alguna de las causales de disolución, los administradores tienen dos meses para cumplir con la obligación de convocar a una Junta General para acordar el procedimiento. Si la Junta no se convoca o no hay acuerdo, cualquier interesado puede solicitar la disolución acudiendo a un juez de lo mercantil.

Cabe mencionar que si los administradores no cumplen con su obligación de convocar a la Junta, la ley establece que ellos responderán solidariamente a las deudas de la empresa. Esto es, deberán poner sus bienes a disposición para el pago a los acreedores. Una vez iniciada la disolución se pasa a alguna de las tres vías mencionadas anteriormente.

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